Un código lila para los trastornos alimentarios. Aparecen en urgencias nuevas medidas para la recepción, triaje, evaluación y tratamiento de pacientes con patologías vinculadas a la nutrición y la nutrición. El código lila, de hecho, servirá para iniciar de inmediato un camino terapéutico adecuado.

La decisión es fruto de la mesa de trabajo específica coordinada por el Ministerio de Salud, que elaboró ​​las "Recomendaciones para intervenciones en Urgencias con Código Lila" y las "Recomendaciones para familiares".

En el primer caso, es un camino elaborado para ayudar a los profesionales de la salud a recibir a los pacientes con problemas de nutrición en la sala de emergencias. Las recomendaciones para los familiares, en cambio, quieren dar a los familiares de los pacientes las primeras indicaciones sobre cómo reconocer los síntomas y el apoyo práctico, especialmente para la gestión de las comidas.

Los trastornos de la alimentación y la nutrición constituyen, lamentablemente, uno de los fenómenos de salud más frecuentes, particularmente entre los adolescentes y los adultos jóvenes (particularmente común en el género femenino), y se caracterizan por un trastorno de la alimentación persistente o por conductas vinculadas a él que conducir a un consumo o absorción deficiente de alimentos y dañar significativamente la salud física o las relaciones sociales. Las características típicas de estas patologías son la ambivalencia hacia el tratamiento, el escaso conocimiento de la enfermedad y la subestimación de la gravedad de los síntomas.

Cuando golpean a una persona, inevitablemente también involucran al resto de la familia, que, por ello, nunca debe renunciar a la esperanza de poder encontrar una solución con el apoyo adecuado.

Los principales síntomas de los trastornos nutricionales y alimentarios.

Para ayudar a sus hijos o una persona con ellos, es importante conocer algunas características de estos trastornos, como:

  • la restricción alimentaria que pueda surgir, como ponerse a dieta, eliminar ciertos alimentos o grupos enteros de alimentos, saltarse comidas, comer alimentos ricos en fibra, calcular calorías, beber grandes cantidades de líquidos dietéticos y refrescos, cambiar los hábitos alimentarios
  • ejercicio excesivo con el propósito de perder peso
  • episodios de atracones, es decir, ingerir grandes cantidades de alimentos asociados con una sensación de pérdida de control sobre la alimentación; estos episodios se viven mayoritariamente en soledad, comiendo en secreto y con un fuerte sentimiento de culpa
  • vómitos autoinducidos, que se utilizan para eliminar los alimentos en los atracones o para eliminar las comidas normales
  • obsesión con la imagen corporal y control frecuente del peso y la forma corporal
  • depresión, tristeza, enfado, aislamiento social, obsesiones, estados de ansiedad y otros trastornos emocionales y psicológicos que pueden acompañar a todos los síntomas y que a menudo se acentúan por el estado de desnutrición

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Germana Carrillo

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