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A menudo hablamos sobre lo especial que es el vínculo entre hermanos y cómo, incluso en la edad adulta, puede conducir a hermosas amistades. Pero, ¿qué pasa con los primos más o menos de la misma edad? Muchos de nosotros crecimos en estrecho contacto con estos primeros amigos de la infancia , compartiendo días enteros, ceremonias, momentos felices y tristes.

Un compartir que nace del entrelazamiento familiar que muchas veces no termina con la edad sino que, por el contrario, sigue viviendo en forma de amistad. No siempre sucede, pero cuando sucede, es pura magia. Porque entre primos nos conocemos profundamente, como entre hermanos, y por eso nos sentimos libres para mostrarnos lo que somos, sin filtros, en un clima de mutua confianza, cultivado desde pequeños.

Y es precisamente el hecho de que ese tipo de amistad, entre primos, nazca en la infancia lo que la hace un poco mágica porque en esa etapa de la vida todos tenemos más confianza entre nosotros, no hay más en juego que los que nos transmiten los padres, Se comparten momentos, juegos, historias, sin filtros, sin cinismo, sin prejuicios.

Los primos también tienen una ventaja sobre los hermanos porque estos últimos, al pasar todo el tiempo juntos bajo el mismo techo, tienden a pelear más. Mientras que entre primos reunirse, cada vez, es una alegría. Y cuando seas mayor, recordar esos momentos alegres es igual de especial.

Además, al igual que los hermanos , conocen bien a su familia de origen y esta conciencia los hace más predispuestos a la confianza y con un sentido del humor que en algunos aspectos es similar, precisamente porque se nutre en el mismo contexto.

Los primos, para los afortunados de tenerlos a su lado, fueron los primeros en compartir alegrías y tristezas, victorias y derrotas, momentos de juego y celebración, goles importantes e incluso secretos mutuos. Y cuando el vínculo no se rompe con la edad adulta, nos encontramos con amigos verdaderamente únicos, que se conocen a la perfección, capaces de escucharse, apoyarse, reír espontáneamente.

Es transparente entre primos y eso ayuda a alimentar la complicidad. Los primos saben cómo están hechos el uno del otro, cuáles son sus defectos y fortalezas, y si tienes la suerte de crecer en la misma longitud de onda, ese vínculo se convierte en algo maravilloso en la edad adulta.

¿Tienes primos especiales? ¿Tu amistad ha resistido el paso del tiempo y cómo es hoy?

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