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¿Un chip para permitir que una bicicleta se monte sola? No es ciencia ficción, sino una brillante invención de un grupo de investigación de la Universidad de Tsinghua (China). El dispositivo, llamado Tianjic, no solo se utilizará para bicicletas: de hecho, podría ser el "trampolín" para un mayor desarrollo de la inteligencia artificial.

La bicicleta "autónoma" es capaz de detectar y rastrear objetivos, evitar obstáculos, lograr el equilibrio, comprender los comandos de voz e incluso tomar decisiones independientes en respuesta al procesamiento simultáneo de algoritmos y modelos versátiles, que se "modelan" sobre la base de sucesos contingentes.

Este último punto surge precisamente de la mezcla de enfoques en la base del chip: por un lado, la imitación del cerebro humano, como en las inteligencias artificiales clásicas, que intentan reproducir circuitos en la imagen de nuestro centro informático en el cráneo, desde el otra es la informática “pura” y la ejecución de algoritmos de aprendizaje automático , que permiten activar un proceso de toma de decisiones por parte de una máquina.

Y aquí radica el punto de inflexión: el chip es de hecho un "mini-cerebro" capaz de aprender y tomar decisiones. Tras una primera versión desarrollada en 2021 y una segunda en 2021, esta última, verdaderamente revolucionaria, ha mostrado un rendimiento aún mayor con un consumo energético mucho menor .

Foto: Universidad de Tsinghua vía China Daily

No es el primer medio de transporte que se conduce solo gracias a estas tecnologías. Los coches no tripulados son una realidad y, recientemente, incluso los minibuses eléctricos . Pero aquí hay más.

"En comparación con chips similares en el mercado, la densidad del nuestro es un 20 por ciento más alta, al menos 10 veces más rápida, y su ancho de banda se ha incrementado en al menos 100 veces", explica Shi Luping , quien dirigió la investigación. Tianjic apunta proporcionar una plataforma informática más eficiente , rápida y flexible para la inteligencia artificial general, así como para el desarrollo de diversas aplicaciones ”.

Por tanto, la bicicleta autónoma no es el final, aunque intrigante como resultado, sino algo aún desconocido con un potencial inimaginable.

Queda una pregunta: ¿realmente necesitamos algo que haga todo, absolutamente todo, en nuestro lugar?

El trabajo fue publicado en Nature .

Roberta De Carolis

Portada: Peiet AL. / Naturaleza a través de NewScientist

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