Desde hace unos días vuelve a circular por la red una fotografía que muestra a tres guepardos rodeando un impala (y no un ciervo), pero hay una versión totalmente fantasiosa de lo que está pasando, incluso podríamos llamarlo un engaño, veamos por qué.
Esto es lo que dice el texto compartido en las redes sociales:
Esta foto ganó el premio a la mejor foto de la década y llevó al fotógrafo a una gran depresión. Los guepardos persiguieron a una madre ciervo y sus dos cachorros (el ciervo joven), la madre podría haber huido fácilmente de los guepardos, pero en cambio se ofreció a dejar escapar a sus hijos.
En la foto se la ve viendo a sus hijos correr de forma segura mientras ella está a punto de ser destrozada.
"El sentimiento de una madre no es solo un sentimiento humano"
# loveanimal❤️
Pero las cosas no son exactamente así porque la versión real de lo que está pasando en ese momento se puede encontrar en la página web de la persona que tomó esa foto, que es la fotógrafa Alison Buttgieg que en su historia no habla de ciervos, ni de cervatillos, ni de una madre que se sacrifica y luego ve a sus cachorros huir.
El escribe:
En septiembre de 2013 en Maasai Mara, Kenia, fui testigo de este asesinato. Narasha, la mamá guepardo, estaba enseñando a sus cachorros a matar a sus presas, pero fueron un poco lentos en aprender y en lugar de matar al desafortunado impala estaban jugando.
Narasha, la mamá guepardo es la que agarra al impala por el cuello en todas las fotos. Los cachorros saltan, brincan pero no pueden estrangular a sus presas.
Lo que está fuera de lo común en esta secuencia de fotos es lo tranquilo que está el impala en su terrible experiencia. Probablemente esté en estado de shock y, por lo tanto, paralizado por el miedo. Es espeluznante porque en algunas fotos parece que está posando, como si estuviera decidido a mantenerse guapo y orgulloso hasta el final. El desafío en sus ojos contrasta fuertemente con su falta de interés en la autoconservación. Esto me permitió obtener imágenes únicas de un asesinato que se parece mucho a una coreografía.
Quería que el espectador simpatizara con el impala y, al mismo tiempo, la imagen atestiguara la naturaleza perturbadora de este asesinato inusual. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad sin fin (pero fueron solo unos minutos), la madre guepardo mató a la presa y los cachorros disfrutaron de un buen almuerzo.
Aquí están las otras fotos:
La versión, por tanto, de las redes sociales está claramente inventada para hacerse con algunos likes, pero ha dado la vuelta al mundo conmoviendo a todos. Algunos incluso escribieron que el fotógrafo debería haber intervenido para 'salvar al cervatillo'. La mano del hombre ya está demasiado presente, deja que la naturaleza siga su curso.
Dominella Trunfio
Foto: Alison Buttgieg
