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Otra tortuga estaba en peligro de morir a causa del plástico en el mar. Esta vez fue un ejemplar de Caretta caretta, frente a la costa de Maratea, en Basilicata, que casi fue estrangulado por nuestros desperdicios, probablemente por el envoltorio de paquetes de cigarrillos.

Renombrada Rosaria, la tortuga que pesa 20 kilos y 52 cm de largo, fue salvada el 28 de febrero por la Guardia Costera. La pobre criatura tenía una posición anómala. Su cuerpo parecía estar inclinado hacia la derecha, además el animal no podía sumergirse.

Esto hizo sospechar al capitán del puerto, lo que alertó al grupo operativo de WWF Maratea. La bióloga Valentina Paduano y el veterinario Massimo Lo Monaco se hicieron cargo de Rosaria

Después de ser colocado en aguas muy poco profundas en el Centro de Recuperación de Tortugas Marinas en el Oasis de Policoro de WWF, el animal se adaptó lentamente a las temperaturas y luego se trasladó a un tanque de agua más alto, donde se examinaron las anomalías de la natación. .

“Cuando las tortugas flotan así, es un problema pulmonar o han ingerido plástico. Para entender lo que tenía se necesitaba una radiografía, realizada en la clínica veterinaria de Bari, que afortunadamente descartó problemas de órganos ”, aseguró el Dr. Paduano.

Como se anunció, de hecho, fue el plástico el que puso en riesgo la vida de Rosaria , expulsado de las heces del animal. La tortuga había ingerido un envoltorio típico de los paquetes de cigarrillos. No se excluye que otros fragmentos estén presentes en su intestino.

Afortunadamente, el animal está a salvo y puede considerarse casi afortunado, ya que muchas tortugas son sofocadas y muertas por nuestros desechos. Rosaria permanecerá en observación en el centro de recuperación de Policoro y en primavera, cuando el clima sea más suave y haya recuperado por completo las fuerzas, podrá volver a nadar en el mar.

Un problema, el de la basura marina, lamentablemente difícil de resolver. Según un reciente informe de WWF, dado que el consumo de plásticos y la capacidad de gestión de residuos no viajan a la misma velocidad, su dispersión en los océanos superará los 9 millones de toneladas anuales hasta 2030.

Números que dan miedo y que marcarán el destino de muchos animales salvajes. Más de 270 especies son víctimas de quedar atrapadas en redes de pesca abandonadas y otros desechos plásticos y 240 se encuentran en sus estómagos.

Para combatir esta emergencia, WWF ha lanzado una petición global para pedir a los países de las Naciones Unidas que firmen un Acuerdo para poner fin a la dispersión del plástico en la naturaleza para 2030.

Para firmar la petición haga clic aquí

Francesca Mancuso

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