El fotógrafo Christopher Herwig viajó más de 30.000 kilómetros en 13 países de la ex Unión Soviética para documentar la extrañeza de las paradas de autobús creadas por el antiguo régimen soviético, donde artistas y arquitectos experimentaron con estilos nuevos y únicos.
Desde las orillas del Mar Negro hasta las estepas kazajas, las paradas de autobús muestran un vistazo de lo que fue la era soviética. En sus tomas incluidas en varios volúmenes fotográficos, Herwig muestra lo que todavía se puede ver hoy en Kazajstán, Turkmenistán, Uzbekistán, Kirguistán, Tayikistán, Ucrania, Moldavia, Armenia, Abjasia, Georgia, Lituania, Letonia, Estonia y Bielorrusia.
Las paradas de autobús estaban entre las pocas estructuras que podían mantener su propia autonomía, el único dictado impuesto por el régimen era que tenían que ser bellas y reflejar la estética local. Dicho esto, los arquitectos y artistas fueron libres de expresar su creatividad .
Estos extraños refugios son ricos en estilos arquitectónicos y no se parecen en nada a lo que estamos acostumbrados a pensar como una parada de autobús: hay pirámides, arcos, cúpulas y bóvedas.
El escultor y arquitecto georgiano Zurab Tsereteli , quien diseñó algunas de las estructuras más elaboradas alrededor de Pitsunda en el Mar Negro, recuerda:
“La parada de autobús no debe considerarse un espacio aséptico, sino un verdadero monumento de arte contemporáneo monumental”.
Las imágenes que ves a continuación son el resultado de un trabajo que duró doce años, ¿qué te parece?
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Dominella Trunfio
Foto
