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Un antiguo cráter causado por un meteorito que cayó a la tierra hace 60 millones de años. Esto fue descubierto por geólogos de la Universidad de Londa, en la isla escocesa de Skie.

Al estudiar las rocas volcánicas de la isla, los científicos se encontraron con un hallazgo inesperado e inesperado: el surco hasta ahora desconocido dejado por un meteorito. El descubrimiento plantea nuevas preguntas sobre el impacto y la posible conexión con la actividad volcánica del Paleógeno, el primero de los tres períodos en los que se divide el Cenozoico.

El sitio donde se encuentra el cráter se encuentra en el borde de un bosque cerca de Loch Slapin. Los científicos de la Universidad de Birkbeck en Londres, dirigidos por el profesor de geología Simon Drake, examinaron la capa gruesa en la base de un flujo de lava de 60 millones de años. Inicialmente pensaron que era el depósito volcánico de un material conocido como ignimbrita. Al verlo a través de una microsonda electrónica, descubrieron que en realidad contenía minerales raros del espacio exterior.

Otro de los autores del estudio, Andy Beard , dijo: "Cuando descubrimos lo que era, nos sorprendimos mucho y fue un poco impactante porque no lo esperábamos".

Estas formas minerales, osbornita rica en vanadio y niobio, nunca fueron traídas a la Tierra, solo recolectadas en polvo espacial por una misión anterior de la NASA. La osbornita se descubrió sin fundir, lo que significa que probablemente sea una pieza original del meteorito. El descubrimiento plantea preguntas interesantes sobre si el mismo meteorito aún no está presente en la región conocida como la Provincia Ígnea del Paleógeno Británico Británico (BPIP), la ubicación exacta donde se estrelló el meteorito y si el impacto podría haber desencadenado el derramamiento de lava volcánica.

Un segundo sitio, a 7 km de distancia, presenta una capa de material de dos metros de espesor expulsado de un cráter, donde se encuentra la misma mineralogía extraña.

La Isla de Skye ha sido estudiada durante mucho tiempo por geólogos y científicos, por lo que el hallazgo fue una sorpresa. Según Drake, es posible que el primer sitio de investigación estuviera mal estudiado porque era muy empinado y pantanoso. Esto puede haber desanimado a los investigadores que anteriormente habían intentado averiguar más.

Un mundo maravilloso, escondido en la tierra que pisamos, empapado de polvo de estrellas.

El estudio fue publicado en Geology.

Francesca Mancuso

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