Puede considerarse un dinosaurio viviente, un ejemplar aún vivo pero nadando en nuestros mares. Un tiburón con cabeza de serpiente y 300 dientes afilados. Fue visto por científicos europeos durante un proyecto de investigación frente a la costa de Portugal.
Los océanos esconden sorpresas inusuales. Aunque hemos recorrido un largo camino con la investigación, aún quedan muchos misterios escondidos en las profundidades del mar. Alrededor del 95 por ciento de los océanos están inexplorados. Y entre las criaturas previamente desconocidas también podemos incluir a estos tiburones, considerados una de las especies vivientes más antiguas del planeta.
Sus contemporáneos prehistóricos, como el Tyrannosaurus Rex y el Triceratops, llevan muertos millones de años, pero el tiburón todavía nada en el fondo de los océanos de todo el mundo.
Según informa la BBC, en los últimos días el grupo de científicos de la Unión Europea estuvo examinando las profundidades del Océano Atlántico con un objetivo muy específico: "Minimizar las capturas no deseadas en la pesca comercial". Es decir, el propósito de su misión fue salvar a todas esas criaturas que lamentablemente terminaron en las redes de pesca y en su lugar pudieron haberse salvado.
En cambio, terminaron capturando a pesar de sí mismos una de las criaturas más raras y antiguas del planeta , digna de los cuentos del siglo XIX sobre serpientes marinas.
Lo que los marineros no sabían era que el tiburón era exactamente el mismo incluso hace millones de años, en la época de Pangea.
Este tiburón mide en promedio 1,90 de largo y su cabeza se asemeja a la de una serpiente. Con alrededor de 300 dientes, se alimenta de peces y otras criaturas marinas. Sabemos poco de él porque vive en las profundidades del océano, frente a las costas de Japón, Nueva Zelanda y Australia pero también en el Atlántico según el nuevo descubrimiento.
En sus 80 millones de años en el planeta, rara vez ha entrado en contacto con humanos o ha sido visto o filmado en su hábitat natural.
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Aún no se sabe cómo sobrevivió a la extinción, comparado con sus contemporáneos por esta razón sigue siendo una criatura con un aura casi mítica pero definitivamente real.
La única nota discordante es el hecho de que fue capturado en lugar de dejarlo en su hábitat.
Francesca Mancuso
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