Regresó a su tierra natal, Afganistán, con un objetivo muy concreto, el de curar simbólicamente las heridas de la guerra civil llenando las paredes con sus grafitis.
Kabir Mokamel tiene 46 años y es originario de Kabul, después de vivir durante años en Australia decidió traer color a su ciudad natal a través del arte callejero.
Para ello se inspiró en el artista Banksy y siguiendo la línea de sus murales, Mokamel pinta kilómetros de muros abandonados, escombros de edificios destruidos por los talibanes.
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Un corazón transportado con carretilla, un yeso que cura la grave herida en Afganistán y los ojos aún grandes señalados por el kajal, son solo algunas de las obras creadas por el artista y un grupo de simpatizantes.
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El sueño es transformar poco a poco Kabul, una ciudad que lucha por levantarse, una ciudad sitiada. Por ello, el artista afgano está vinculado a Banksy no solo por la similitud de las obras de street art sino también por el mensaje revolucionario que quiere lanzar. Por eso las mujeres se representan sin burquas y por eso si los muros no se pueden derribar al menos se pueden transformar.
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Los bloques de hormigón gris se van convirtiendo poco a poco en un museo al aire libre , a través de corazones, ojos, niños, se lanzan mensajes e ideologías revolucionarias.
El primer graffiti se realizó en 2021, la mirada de dos ojos en tonos naranja con el lema "Te veo", una alusión a la corrupción presente en Kabul.
Ayer pistolas y armas, hoy aerosoles, pinturas y brochas. Incluso el arte juega su papel y la revolución a veces comienza con un poco de color en un camino gris destruido por las bombas.
Dominella Trunfio
Foto: Kabir Mokamel
