En 15 años, las canteras de diamantes de Namibia estarán vacías. Así lo anunció De Beers, la empresa minera que posee numerosas concesiones en todo el sur de África. Y el coloso corrió inmediatamente a cubrirse moviendo la extracción de tierra a mar.
La extracción de diamantes en Namibia se realiza a través de una empresa conjunta de De Beers con sede en Luxemburgo y el gobierno de Namibia, Namdeb. En unos años, los diamantes se extraerán bajo el Océano Atlántico y los precios serán claramente más altos.
Ya en julio de 2021, se hablaba del lecho marino como la nueva frontera para la extracción de diamantes, especialmente desde que De Beers había bautizado al Sam Nujoma, el barco de exploración de gemas más grande del mundo.
Estamos hablando de más de cien metros de eslora para el barco que pesa 12 mil toneladas y fue construido en Noruega no sin la polémica de los ambientalistas preocupados por el futuro de los habitantes del mar. ¿Y cómo estar seguro? La multinacional, líder en extracción desde 1991, ha comprado los derechos de extracción en más de 3 mil millas cuadradas. El verano pasado, el mismo CEO Bruce Cleaver dijo estar muy confiado y que el barco permitirá la extracción de 1,2 millones de quilates al año.
Evidentemente este cambio de rumbo se debe a que los recursos de la tierra se están agotando y que dentro de veinte años ya no habrá este tipo de minerales. Los diamantes generan el 20% de los ingresos del país, pero los costos de la minería submarina serán mayores: el precio debería pasar de 187 a 528 dólares el quilate.
Ahora, pues, empieza la carrera por las licencias de submarinos, ¿qué supondrá todo esto? Mientras tanto, los enormes barcos crean un impacto que podría acabar con parte del hábitat submarino, los animales podrían ser absorbidos junto con los diamantes. En resumen, podríamos estar enfrentando una nueva destrucción de la biodiversidad.
Dominella Trunfio
