Tabla de contenido

En el Valle de Aosta hay una pequeña ciudad de fácil acceso para todos, excepto para los automóviles. Se llama Chamois y es un pequeño pueblo accesible solo a pie, en bicicleta o más cómodamente en teleférico, dejando el coche o bajándose del autobús en el aparcamiento de la aldea de Buisson.

Una vez que llegue al país encontrará una calma y un ambiente que no se encuentra en muchos otros lugares. Chamois es un lugar donde puedes dejar a tus hijos libres para que jueguen en la calle y donde tú también puedes encontrar la tranquilidad de vagar sin rumbo fijo, sin tener que preocuparte por ser atropellado. Pero Chamois es, sobre todo, el lugar ideal donde refrescarse mientras disfruta de la paz en lo que parece un país atemporal.

Chamois es el lugar perfecto para experimentar la montaña, con sus mil caminos que parten directamente de la salida del hotel y suben rápidamente a la cima. Hay caminos para todas las dificultades, desde senderistas hasta expertos montañeros que, con atención, pueden divertirse en las inestables crestas que bordean el pueblo.

Si, por el contrario, no te gusta caminar pero aún quieres hacerlo, no pierdas la oportunidad de acercarte al cercano pueblo de La Magdeleine, la Perla de los Alpes junto con Chamois, por el camino llano de la finca en aproximadamente una hora.

Un refrescante paseo que te acompaña paso a paso hasta el presente. La Magdeleine es de hecho accesible en coche, pero tenga cuidado, porque no encontrará tráfico aquí. A lo sumo, verás pasar uno o dos coches al día porque Le Magdeleine también ha optado por centrarlo todo en la sostenibilidad manteniendo un contacto más fácil con la modernidad.


Chamois y La Magdeleine son dos lugares extremadamente distintos: en el primer caso te encontrarás inmerso en un tranquilo pueblo de montaña donde reina la paz suprema y donde no es raro encontrar ciervos o rebecos a pocos metros de tu casa, mientras que en el segundo caso estarás inmerso en un pueblo tranquilo pero animado con una mentalidad joven y moderna.

Lo que une a los dos centros en cambio es el deseo de traer un turismo diferente y consciente. El deseo de no ser distorsionado, de no convertirse en un Gardaland alpino sino de mantener sus características que los convierten en dos perlas únicas en su género.

Gian Luca Gasca

Entradas Populares