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Entre las maravillosas montañas del Piamonte se levanta Ghesc, un pueblo medieval abandonado durante más de cien años y que hoy, gracias a la Asociación Canova, vive una segunda vida. El mérito es de Maurizio Cesprini y su esposa Paola Gardin, arquitecta y estudiosa de la arquitectura tradicional en piedra, quienes, junto con muchos estudiantes y entusiastas, han dado al pueblo una nueva cara, siempre en pleno respeto de la tradición y la naturaleza del lugar.

El complejo está ubicado en Val D'Ossola y hoy se puede definir como un "pueblo laboratorio" donde se está llevando a cabo un verdadero trabajo de restauración y repoblación desde 2007. El objetivo del proyecto es mejorar el patrimonio histórico y arquitectónico a través de iniciativas educativas, educativas y artísticas.

En 2007 Maurizio y Paola compraron "Casa Alfio", una de las ocho casas del pueblo, comenzando a recuperar el edificio. Su metodología se centró en mejorar lo que había y en el uso de materiales sostenibles. La pareja se mudó en 2012, mientras que en 2021 la casa fue reconocida como parte del premio Constructive Alps, o el Premio Internacional a la renovación y construcción sostenible en los Alpes.

Desde 2010 la asociación ha desarrollado una serie de colaboraciones con el mundo universitario y el pueblo se ha convertido en un verdadero laboratorio al aire libre, así como en un centro cultural que acoge diversos eventos artísticos. Cada año, de hecho, varios estudiantes vienen tanto de Italia como del extranjero; Se establecen campamentos de trabajo de verano, destinados a la reconstrucción de las casas del pueblo.

Los talleres de reconstrucción de casas de piedra además de enseñar a los jóvenes la recuperación de los métodos tradicionales de construcción, permiten renacer el pueblo con una configuración muy similar a la original, en pleno respeto de la historia, la tradición y la naturaleza circundante.

Los pueblos son parte integrante del patrimonio histórico-artístico italiano, evitar su abandono y mejorarlos es una responsabilidad civil. Según lo declarado por el presidente Sergio Mattarella

Es necesario desarrollar políticas activas para evitar el despoblamiento de los pueblos y ciudades, porque el abandono de estos corre el riesgo de provocar desequilibrios en los territorios, fracturas en la sociedad y un grave empobrecimiento del medio ambiente, cuyo daño afectaría en todas partes. La montaña es una riqueza extraordinaria del país, alimenta nuestra cultura, es un rasgo distintivo de nuestra propia identidad. Los problemas de los ciudadanos y las comunidades que viven en las zonas de montaña deben abordarse con determinación, a menudo lejos de las principales arterias de comunicación, a veces desfavorecidos por servicios menos accesibles o más difíciles de conseguir.

Ghesc el pueblo recuperado por los estudiantes

Un pueblo fantasma que renace en el corazón de Ossola

Publicado por GreenMe el martes 25 de febrero de 2020

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