Cualquiera que haya tenido hijos en los últimos 30 años se ha encontrado con The Blue Tree al menos una vez, el histórico programa Rai dedicado a los niños en edad preescolar. El protagonista es Dodo, la única presencia permanente en todas las series del programa, un simpático pajarito, de gran pico amarillo y lunares que vive en el árbol, nacido de la ferviente mente de Tinin Mantegazza. Enfermo durante algún tiempo, Tinin murió en el hospital Bufalini de Cesena, tras ser hospitalizado por una enfermedad.
Escritor, pintor y escenógrafo, protagonista del teatro infantil, ilustrador y autor de libros infantiles e inventor de "telefiables", falleció a los 89 años en esa parte de la Romaña donde se había trasladado durante años a una casa-estudio con vista del puerto, sin olvidar nunca sus orígenes milaneses.
Hola Tinin, titiritero de sueños y amigo de L'Albero Azzurro. Tu Dodò seguirá haciendo sonreír a los niños ? #raiyoyo #lalberoazzurro #tininmantegazza
Publicado por Rai_Yoyo el lunes 1 de junio de 2020
A partir de la década de 1950 inició su colaboración como ilustrador con las redacciones de La Notte y Corriere dei Piccoli y abrió una pequeña galería de arte, La Muffola, entre las exposiciones de artistas de la talla de Luzzati, Pericoli, Rosselló, Ceretti y las actuaciones de los entonces jóvenes Enzo Jannacci, Giorgio Gaber, Paolo Poli, Cochi y Renato y Bruno Lauzi, hasta el histórico Cab '64. Con su esposa Velia comenzó a crear títeres y animarlos para programas teatrales y televisivos, fundando también el Teatro del Buratto.
Hace un año, el Ayuntamiento de Bagnacavallo, en la provincia de Ravenna, le dedicó una exposición, Las siete vidas de un creativo irreverente, en colaboración con la Fundación Tito Balestra onlus y la Accademia Perduta / Romagna Teatri, para volver sobre su carrera artística. .
Dodò y los porqués de todos los niños
Una actividad ferviente la de Tinin, pero su nombre siempre estará indisolublemente ligado a Dodò, el personaje inventado en 1985 que acompañó los días de muchos niños que seguían el árbol azul.
Un pajarito, como lo definió el propio Mantegazza, pero que tuvo y tiene un papel muy específico: el de reinterpretar y abrazar todas las preguntas de los niños, sus curiosidades y su hambre de conocimiento. Los más pequeños conocen bien ese extraño pájaro que emerge de un árbol y conocen cada emoción que Tinin supo transmitir.