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Más de 11.000 científicos de todo el mundo han emitido una advertencia clara e inequívoca: la Tierra se enfrenta a una emergencia climática y si no actuamos con rapidez y eficacia no tendremos esperanzas.

Hace ya 40 años, investigadores de 50 países se reunieron en la Primera Conferencia Mundial sobre el Clima en Ginebra y coincidieron en que la acción inmediata era esencial para abordar el cambio climático .

Desde entonces, se han hecho advertencias similares a través de la Cumbre de Río de 1992, el Protocolo de Kioto de 1997 y el Acuerdo de París de 2021, así como decenas de otras asambleas mundiales.

Sin embargo, las medidas tomadas por los gobiernos han sido insuficientes y las emisiones de gases de efecto invernadero han seguido aumentando de manera preocupante, con efectos cada vez más dañinos sobre el clima terrestre.

Hoy en día, los científicos enfatizan la importancia de decir las cosas como son, ya que creen que tienen la obligación moral de advertir claramente a la humanidad de cualquier amenaza catastrófica .
Según investigadores de todo el mundo, se necesita un inmenso aumento de los esfuerzos y grandes transformaciones en la sociedad global para contrarrestar la crisis climática y evitar un sufrimiento incalculable para los pueblos del mundo.

Según un estudio recién publicado en la revista BioScience, para hacer frente a la emergencia ambiental, los políticos y los ciudadanos deben actuar sobre diversos factores y deben hacerlo de forma inmediata.

La nueva investigación, dirigida por los ecologistas William Ripple y Christopher Wolf de la Universidad Estatal de Oregón, analizó 40 años de datos que muestran cómo las actividades humanas han afectado al planeta. Estas actividades incluyen el consumo de combustibles fósiles, las emisiones de dióxido de carbono, las tasas de deforestación y el aumento de las temperaturas globales.

Los autores advierten que el cambio climático se está intensificando más rápido de lo que predijeron muchos científicos , amenazando los ecosistemas naturales y el destino de la humanidad, y han identificado áreas clave en las que los gobiernos, las empresas y los ciudadanos deben realizar cambios drásticos y urgentes.

Para salvar el planeta y a nosotros mismos, primero debemos reducir inmediatamente el uso de combustibles fósiles: todos los países deben reemplazar los combustibles fósiles por fuentes de energía renovables y al mismo tiempo invertir en tecnologías para reducir las emisiones de dióxido de carbono y otros contaminantes. , como metano e hidrofluorocarbonos.

Los gobiernos también deberían poner fin a los subsidios para las empresas contaminantes, y los países más ricos deberían ayudar a las naciones más pobres a cambiar a fuentes de energía más limpias.

Los autores del estudio luego enfatizaron la importancia de contener el crecimiento de la población , un tema muy controvertido.
La población está aumentando a un ritmo de 200 mil personas al día, unos 80 millones al año. Este crecimiento de la población es insostenible y se necesita planificación para reducir la tasa de natalidad.

También es imperativo proteger y restaurar los ecosistemas , incluidos los bosques, los arrecifes de coral y las sabanas que absorben y almacenan naturalmente el dióxido de carbono de la atmósfera.

El estudio también sostiene que las personas deberían comer principalmente alimentos de origen vegetal , lo que no solo mejoraría la salud sino que reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero de las granjas.

Por último, los gobiernos deberían priorizar la protección del medio ambiente en lugar de centrarse en el crecimiento del PIB y la búsqueda de la riqueza.

Para asegurar un futuro para el planeta y para nosotros mismos, necesitamos cambiar la forma en que vivimos transformando significativamente la forma en que nuestra sociedad trabaja e interactúa con los ecosistemas naturales.

Tatiana Maselli

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