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La lectura es buena para todas las edades y, según las investigaciones, hacerlo en compañía de los niños mejora el comportamiento de los niños y también tiene efectos beneficiosos en los padres.

Las personas que leen libros regularmente con sus hijos tienen menos probabilidades de ser padres duros y estrictos, mientras que el riesgo de volverse hiperactivos o de mal genio se reduce para los más pequeños. Estos, en resumen, son los resultados de un estudio realizado por investigadores de la Escuela de Medicina Rutgers Robert Wood Johnson (Estados Unidos).

Para llegar a esta conclusión, el estudio analizó datos de 2.165 parejas de madres e hijos de 20 ciudades importantes de EE. UU. Se preguntó a las mujeres con qué frecuencia leían a sus hijos de 1 a 3 años. Luego se entrevistó a las madres dos años después, frente a la frecuencia con la que se habían convertido en protagonistas de un tipo de crianza dura y podríamos decir "hostiles" pero también sobre el comportamiento de sus hijos.

Así, se descubrieron los beneficios de la lectura compartida entre padres e hijos tanto con respecto al tipo de crianza que se adopta hacia los hijos (mucho más tolerante) como en el comportamiento real de los niños que, gracias al buen hábito de la lectura, son menos caprichosos y caprichosos. irascible.

Estudios anteriores ya habían demostrado que compartir la lectura ayuda a los niños desde una edad temprana a prepararse para la escuela al desarrollar habilidades muy importantes de lenguaje , alfabetización y afectividad . Sin embargo, esta nueva investigación es probablemente la primera en centrarse en cómo la lectura compartida también afecta positivamente a los padres.

El estudio, publicado en la revista Journal of Developmental & Behavioral Pediatrics, sugiere beneficios adicionales de la lectura compartida: un vínculo más fuerte entre padres e hijos y menos hiperactividad y problemas de atención en los niños.

“Para los padres, la simple rutina de leer con un niño todos los días proporciona beneficios no solo académicos sino emocionales que pueden ayudar a fortalecer el éxito del niño en la escuela y más allá. Nuestros hallazgos se pueden aplicar a programas que ayudan a los padres y cuidadores en áreas pobres o de riesgo a desarrollar habilidades parentales positivas ”, dijo el pediatra Manuel Jiménez, uno de los autores del estudio.

Si aún no lo ha hecho, recuerde reservar un tiempo todos los días para dedicarlo a una lectura saludable con sus hijos. Tendrá la oportunidad de convertirse en padres menos estrictos y, como resultado, podrá notar que sus hijos también se han vuelto más dispuestos y menos temperamentales.

Francesca Biagioli

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