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Chimeneas humeantes bajo un cielo negro : así ve su barrio una niña del distrito Tamburi de Tarento, cerca de Ilva .

Una niña de siete años retrató la dura realidad en la que se ve obligada a vivir, informando sobre su mudanza dibujando un llamamiento compartido por muchas personas de Tarento: “Queremos que Ilva cierre”.

La pequeña asiste a la escuela Deledda, cerrada desde hace meses precisamente por la contaminación que le provoca la acería y desde su casa ve todos los días ese monstruo que le impide a ella y a sus conciudadanos vivir en una ciudad segura.

Además del dibujo , la niña también relató sus reflexiones:

“Creo que Taranto está demasiado contaminada, que necesita mejorar. No queremos que nos quiten la escuela Deledda-De Carolis. Qué vergüenza por todo lo que ha hecho Ilva, los otros niños están en el hospital por culpa de la fea Ilva. Por eso tienes que estar tan avergonzado.
Los niños están en el hospital enfermos y moribundos. Queremos parque infantil, bosques.
Feo, nos contaminas mucho. Queremos espacios verdes, eso es lo que yo pienso de Tarento ”, escribió la niña.

La madre del niño, que siempre ha estado a la vanguardia de la contaminación y la emergencia sanitaria y medioambiental de la ciudad, espera que el estado entienda que Tarento ya no puede soportarlo:

“Hay que encontrar una solución inmediata para garantizar un futuro a las nuevas generaciones. Mi hija está cansada y cansada de escuchar solo sobre Ilva y quería expresar su estado de ánimo. Me dijo: cuando sea mayor quiero ser pediatra para ayudar a los niños de Tarento ”, explicó la mujer.

El padre de la pequeña también está a favor del cierre y reconversión de la acería ya que a pesar de trabajar en Ilva, se debe anteponer el derecho a la vida y la salud.

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