Un antiguo Stonehenge muy parecido al inglés, ha resurgido a orillas del Tajo en España, pero el riesgo es que el llamado tesoro de Guadalperal pueda volver a sumergirse si no se toman cuanto antes medidas serias para preservarlo. El sitio desapareció tras la construcción de una presa en 1963 ordenada por Franco.
Los habitantes de Peraleda de la Mata (Cáceres) habían oído hablar de una serie de piedras antiguas a pocos kilómetros de su casa, pero nunca jamás se hubieran imaginado que lo que han rebautizado como el tesoro de Guadalperal, imaginándolo como algo único, así reapareció en cualquier momento.
Ahora, bajo esa presa temporalmente drenada, ha salido a la luz este complejo megalítico que data de la Edad del Bronce. 114 piedras con una cámara ovalada de cinco metros de diámetro y un corredor de 21 metros de longitud que dan al lugar su nombre original, el Dolmen del Guadalperal, dañado hace unos dos milenios por soldados romanos.
El primero en interesarse por este Stonehenge español fue entre 1925 y 1927, el geólogo y arqueólogo alemán Hugo Obermaier que había realizado unas excavaciones en la zona descubriendo este tesoro. Obermaier, había encontrado numerosos objetos actualmente expuestos en un museo de Munich, pero tras la construcción de la presa encargada por el general Franco, el conjunto megalítico se vio desbordado por el agua.
En algunos de los megalitos se tallan serpientes estilizadas como símbolo de protección, al igual que en los ingleses, pero estéticamente se las piensa como templos del culto al sol y una fórmula de entierro al aire libre.
“Pensamos que el Dolmen de Guadalperal servía como centro comercial y cultural de la zona”, explica Ángel Castaño. “Pero también podría tener otra tarea importante: proteger el pasaje de Vega de Alarza”.
Lo sorprendente es que el sitio ha emergido en su totalidad aunque lamentablemente las piedras muestran signos de deterioro. Por eso, ante el temor de que vuelvan a sumergirse, las Raíces Culturales de Peraleda quisieran trasladarlas para preservarlas.
“Después de todas estas décadas bajo el agua, las piedras han comenzado a deteriorarse: el granito es más poroso, han aparecido grietas y otras piezas han caído al suelo”, dice Ángel Castaño, presidente de la asociación.
“Trabajaremos para salvar este legado. Queremos potenciar este monumento para promover el turismo, para trasladarlo pero sin separarlo de su contexto. Hasta ahora, no ha habido interés de las autoridades ni de nadie ”.
Dominella Trunfio
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