¡Buenos días amigos de "Érase una vez …"! Hoy, para el ciclo "Cuentos de hadas del mundo" propongo un antiguo cuento de hadas tibetano con tonos místicos y surrealistas, que nos lleva a descubrir la magia de un país encantado.

Las montañas nevadas y el pájaro de fuego

El Tíbet fue una vez una tierra que daba miedo: siempre estaba oscuro, no había vegetación, casi no había agua. Los que vivieron allí recordaron como un cuento de hadas cuando el Tíbet no era un país así, y culparon de todo al hecho de que el pájaro de la felicidad había abandonado esa zona. Ahora ese pájaro vivía en la tierra de la nieve perenne y había tres dragones feroces defendiendo su escondite continuamente.

Un día Ming, un joven valiente, decidió ir a buscarlo, a pesar de todos los peligros que existían. Se puso en marcha y de repente se encontró frente a un dragón en llamas que le dijo: ¿A dónde vas? ¿Cómo te atreves a atravesar esta zona? El niño le dijo que estaba buscando al pájaro de la felicidad. Pero el dragón respondió: ¡Nunca tendrás éxito! ¡Mis hermanos y yo os aniquilaremos! Dio un golpe con la cola y de repente nació de la tierra un bosque de zarzas.

Ming lo atravesó, herido y arañado. En la salida se encontró con otro dragón, aún más temible que el anterior: ¡Nunca llegarás a donde quieres ir! y con un movimiento de la cola creó un desierto aterrador. Ming lo atravesó, sufriendo de sed y hambre. Al final del desierto estaba el tercer dragón, que dijo: ¡Verás que te detendremos! y golpearlo en el ojo! Ming se quedó ciego y empezó a vagar. De repente se acercó al refugio secreto donde el ave de la felicidad estaba cautiva.

Ming sintió su presencia: el pájaro tocó sus ojos devolviéndole la vista y curándolo de sus heridas. Ming soltó el pájaro que voló con él en la espalda y lo llevó de regreso al Tíbet, que desde ese día volvió a ser un país feliz.

final

Entradas Populares