Después del nacimiento de su primer hijo, la duración del sueño y la satisfacción de las madres y los padres ya no vuelven a los niveles previos al embarazo durante al menos seis años después del nacimiento. La confirmación de la ciencia.
Después de la llegada de un bebé, ya no podrá dormir tan bien como antes. Al menos durante sus primeros 6 años de vida. Para confirmar lo que todos los nuevos padres experimentan en su piel después del nacimiento de un hijo, llega una nueva investigación que también ha calculado cuánto tiempo el sueño de papá y mamá se verá afectado por el nuevo miembro de la familia.
El nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Warwick en colaboración con el Instituto Alemán de Investigación Económica y la Universidad de West Virginia, de hecho, monitorizó el sueño de 4.659 padres que habían tenido un bebé entre 2008 y 2021 con entrevistas. en el que informaron a los científicos de la cantidad y calidad de su "sueño".
De los datos recopilados se desprende que en los primeros 3 meses después del nacimiento de su primer hijo, las madres durmieron en promedio 1 hora menos que antes del embarazo, mientras que la duración del sueño de los padres disminuyó en unos 15 minutos. Como también señaló el Dr. Dakari Lemola, coordinador de investigación:
"Las mujeres tienden a experimentar más interrupciones del sueño que los hombres después del nacimiento de un bebé, lo que refleja que las madres siguen desempeñando con demasiada frecuencia el papel de cuidador principal que los padres".
Y hasta ahora, nada lamentablemente nuevo. Pero lo que reveló el análisis es que incluso después de que los niños tenían más de 4 años y al menos hasta seis, la duración del sueño todavía era aproximadamente 20 minutos más corta en las madres en comparación con 15 en los padres. Además, los efectos del sueño fueron más pronunciados en los padres del primer hijo que en los que ya tenían otros hijos.
Sin embargo, contra todo pronóstico, no hubo diferencias significativas entre los efectos sobre el sueño en las madres que amamantan exclusivamente frente a las que amamantan de forma mixta o las que solo usan leche de fórmula.
Una confirmación más, en definitiva, de que la llegada de un hijo cambia por completo la vida de los padres, sobre todo de las madres, trayendo tanto, tanto amor, pero también quitando tiempo y calidad a nuestro sueño al menos hasta … primer grado.
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Simona Falasca
