Una infección que afecta a los pulmones y se manifiesta con dificultad para respirar y fiebre: precisamente como enfermedad respiratoria, la neumonía se manifiesta con una dificultad respiratoria anormal, a menudo acompañada de fiebre muy alta y tos. Pero, ¿cuáles son los síntomas que no deben subestimarse para diagnosticar la neumonía a tiempo?

La neumonía es una infección que inflama los sacos de aire en uno o ambos pulmones. Estos pueden llenarse de líquido o pus (material purulento), provocando tos con flema, fiebre, escalofríos y dificultad para respirar. Una variedad de organismos, incluidas bacterias, virus, parásitos y hongos, pueden causarlo.

La neumonía puede variar en gravedad desde leve hasta potencialmente mortal . Es más grave para bebés y niños pequeños, para personas mayores de 65 años y para aquellos con problemas de salud o un sistema inmunológico ya comprometido.

Los síntomas pueden cambiar según el sujeto, la edad y la presencia de otras posibles patologías.

Tipos de neumonía

Dependiendo de la causa, se distinguen diferentes formas de neumonía debido a factores conocidos como:

  • agentes infecciosos (virus, bacterias, hongos, parásitos)
  • vapores (mercurio, resinas termoendurecibles, hidrocarburos)
    polvos orgánicos (p. ej., neumonía de granjero, cultivador de hongos, neumonía de aire acondicionado)
  • polvos inorgánicos
  • polvos químicos (nailon y poliéster, cloruro de vinilo, baquelita)
  • gas (oxígeno, cloro, nitrógeno y dióxido de azufre, metilsocianato)
  • humos (por ejemplo, óxido de zinc, hierro, manganeso, cobre, magnesio, estaño, níquel, latón)
  • venenos

Los 15 síntomas de la neumonía

Los signos y síntomas de la neumonía varían de leves a graves, según factores como el tipo de germen que causa la infección, la edad y la salud en general. Los signos y síntomas leves a menudo se parecen a los de un resfriado o una gripe, pero duran más.

Los síntomas de la neumonía pueden incluir:

1. Dolor de pecho al respirar o toser
2. Confusión o cambios en la conciencia mental (en adultos mayores de 65 años)
3. Tos, que puede producir flemas
4. Fatiga
5. Fiebre por encima de 38,5 ° C, sudoración y escalofríos
6. Temblor
7. En algunos casos, temperatura corporal inferior a la normal (especialmente en adultos mayores de 65 años y en personas con sistemas inmunitarios débiles)
8. Náuseas y vómitos
9. Diarrea
10. Dificultad para respirar
11 Cianosis o decoloración azulada de la piel
12. Astenia (un debilitamiento general)
13. Pérdida
del apetito 14. Flema marrón o con manchas de sangre
15. Pulso y frecuencia respiratoria dos veces lo normal

En presencia de uno o más de estos síntomas, lo único que se debe hacer es evitar cuidarse y contactar con su médico quien, para obtener información sobre la naturaleza y evolución de la inflamación, procederá a una radiografía de tórax lo antes posible. Las técnicas de imagen más avanzadas son la tomografía axial computarizada (TC), especialmente en alta definición, y la resonancia magnética nuclear (RMN).

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Germana Carrillo

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