Su historia ha dado la vuelta al mundo. Una yuxtaposición absurda, aparentemente sin sentido: una niña de 2 años y glifosato. En Argentina, la pequeña Ludmila Terrain lucha entre la vida y la muerte contra la leucemia. Se encontraron rastros de glifosato en su sangre.
Su familia ha recurrido ahora a Roberto Schiozzi, vecino y fundador del Centro Ecológico Paranà de Coronda, quien contó la historia y acompañó a los padres y a la pequeña a presentar la denuncia ante el juzgado de la zona.
“Esta familia ha venido a pedirme una mano para iniciar acciones legales y así obtener protección. No lo dudé ni un minuto y me puse a disposición, no es posible que para demostrar que nos están matando, primero hay que morir ”, dijo Schiozzi.
La humilde casa de la familia terreno colinda con un almacén de agrotóxicos de la empresa José Pagliaricci. En él se almacenan glifosato y Round Up, aunque prohibido en zonas urbanas.
En noviembre del año pasado, la niña estuvo hospitalizada durante aproximadamente un mes debido a su pérdida de peso y deshidratación luego de un episodio severo de vómitos.
Esto preocupó a sus padres que la llevaron al Hospital de Niños de Santa Fe. Allí los pediatras encontraron glifosato en la sangre. No se excluye que el herbicida pueda estar involucrado en la aparición de la enfermedad.
“Hace años que esta ciudad ha dejado de ser lo que era, hoy son los intereses los que gestionan el destino de los habitantes. Me duele ver cómo nos envenenan todos los días ante los ojos de las autoridades políticas, siento que la vida ha perdido valor ”, dijo Schiozzi.
El director del Centro Ecológico Paranà fue recibido por el fiscal, que se puso inmediatamente manos a la obra. Inmediatamente se realizaron exámenes médicos y se examinó la zona afectada:
“Ese depósito (Pagliaricci) tiene que ser removido del sitio, hay un barrio cercano que está en riesgo junto con sus habitantes”, continúa Schiozzi.
Ludmila se ha convertido en el símbolo de la resistencia de quienes quieren seguir viviendo en su propia casa sin venenos en la sangre.
No solo Argentina. En tierra guaraní siguen muriendo niños y muchos nacen con malformaciones debido a los 24 millones de litros de productos agrotóxicos que se utilizan cada año en Paraguay.
Francesca Mancuso
