En California, hay una playa que brilla con todos los colores del arcoíris. Es Pfeiffer Beach, que se encuentra a lo largo de Big Sur al final de Sycamore Canyon Road. Gracias a la presencia de minerales, el espectáculo es verdaderamente extraordinario.
Al atardecer aparecen los colores morado, rosa y lila, pero durante el día la playa es un auténtico arcoíris californiano. El efecto es mágico desde el final de la tarde, cuando los rayos del sol se reflejan en el arco de roca que se eleva cerca de la orilla.
El color violáceo de la arena de la playa de Pfeiffer se debe a la presencia de granada de manganeso resultante de la erosión de la montaña que la domina. Es una especie de paraíso, principalmente porque sigue siendo inmune al turismo de masas.
La playa está protegida por el Bosque Nacional Los Padres y se encuentra donde las montañas de Santa Lucía caen abruptamente hacia el Océano Pacífico. Desafortunadamente, a fines de mayo, un deslizamiento de tierra destruyó una de las carreteras escénicas más hermosas, la autopista 1, colapsando el puente sobre el cañón Pfeiffer.
Se están realizando trabajos de restauración, pero ahora se puede llegar a la playa a través de Monterey. El espectáculo es único, incluso si conocemos la playa rosa de igual belleza.
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Pero aquí la playa cambia creando increíbles juegos de luces y colores. No es casualidad que sea considerada una de las playas más características del mundo, aunque la temperatura del mar siempre es bastante fría.
Dominella Trunfio
