Los agricultores de Paraguay están en peligro por el uso de glifosato y pesticidas en los cultivos de soja. La soja cultivada en Paraguay se importa a Europa principalmente para la producción de piensos para animales de granja y, en menor medida, para la producción de biocombustibles. Es principalmente soja transgénica .
Hasta hace unas décadas, el territorio de Paraguay estaba cubierto de bosques verdes que ya no existen porque han sido destruidos para dar cabida al cultivo industrial de la soja .
Paraguay ocupa actualmente el cuarto lugar entre los países exportadores de soja en el mundo. Las poblaciones locales llaman a los cultivos de soja 'oro verde' porque en poco tiempo se han convertido en el principal soporte de la economía del país.
Al mismo tiempo, los agricultores están preocupados tanto por las condiciones del medio ambiente como por su propia salud debido al uso intensivo de herbicidas y pesticidas en los cultivos de soja. La mayor preocupación es el uso del herbicida Roundup , a base de glifosato , que hace unos meses fue incluido por la OMS entre las sustancias probablemente cancerígenas para el ser humano.
Los cultivos masivos de soja para la exportación tienen un costo ambiental y social muy alto: deforestación destructiva, pérdida de biodiversidad, uso intensivo de la tierra y malestar social.
Más de la mitad de la tierra disponible en Paraguay se utiliza ahora para el cultivo de soja, que crece continuamente, y se espera un aumento del 9% el próximo año. Las repercusiones ambientales y sociales del cultivo de la soja en Paraguay son muy evidentes.
El trabajo ahora está casi completamente mecanizado en las plantaciones de soja , por lo que ha disminuido el número de agricultores necesarios para cuidar las plantaciones. Por tanto, los campesinos se encuentran en una situación de grave pobreza. La mayor parte de la tierra cultivable pertenece ahora a grandes explotaciones, lo que ha provocado la desaparición de las pequeñas comunidades rurales de agricultores locales.
El fotógrafo Jordi Ruiz Cirera comenzó a documentar la situación en Paraguay en 2013 para investigar el impacto del cultivo intensivo de soja en las comunidades rurales. Cerca de 9.000 familias al año migran del campo a la ciudad porque ya no encuentran trabajo en el campo. En Paraguay, el 80% de la tierra está en manos del 2% de la población, como recuerda Aiab al hablar del cultivo de soja transgénica en Paraguay .
Los ríos de Paraguay han sido contaminados por sustancias tóxicas utilizadas en agricultura intensiva y el uso de pesticidas está causando numerosos problemas de salud a los agricultores.
Según los informes de Time, la soja transgénica cultivada en Paraguay rara vez termina en leche vegetal , tofu u otros productos consumidos directamente por humanos. El 96% de la soja paraguaya se exporta para la producción de piensos para animales de granja . El principal destino de la soja de Paraguay es la Unión Europea.
La economía rural tradicional y la gran rotación de las fincas que producen soja a gran escala parecen muy difíciles de conciliar. Aquí, entonces, está la dramática situación de los campesinos, quienes han perdido sus campos y presenciaron la contaminación de los ríos sin tener la oportunidad de ser escuchados. Otro ejemplo de cómo la sed de dinero de unos pocos puede poner de rodillas la esencia de muchos.
Marta Albè
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