La jardinería no es un simple pasatiempo pero, como han demostrado muchos estudios, puede convertirse en una verdadera terapia de bienestar y esto también es cierto para los niños. Al cuidar las plantas, los más pequeños pueden aprender habilidades importantes como la paciencia y la bondad, pero también trabajar en su autoestima.

Hace unos años, una investigación estudió el impacto de la jardinería en los niños y descubrió numerosos beneficios, incluido el poder de mantenerlos saludables. Pero eso no es todo, cuidar las plantas también es bueno para los niños porque les ayuda a desarrollar algunas habilidades y valores importantes.

La jardinería es buena para la salud de los niños, el estudio lo confirma

Pero, ¿cómo transmitir la pasión por la jardinería a los más pequeños? El paisajista y experto en jardinería, Kier Holmes, en un artículo de National Geographic nos sugiere cómo involucrar a los más pequeños en el cuidado de las plantas y nos deja descubrir todas las ventajas de esta actividad.

En primer lugar, la jardinería es una herramienta que enseña materias reales como las matemáticas y las ciencias pero que es capaz de brindar a los más pequeños (y no solo) también lecciones de vida, estimulando el crecimiento de valores importantes como la amabilidad, la paciencia y la responsabilidad.

Paciencia

Cuidar las plantas te enseña a saber esperar, de hecho la naturaleza tiene sus propios tiempos y solo puedes tener paciencia para ver los frutos del trabajo que se hace con la tierra. Las flores más hermosas y la fruta madura solo llegan al final de la temporada de crecimiento de cada planta individual y, por lo tanto, no hay nada que hacer más que esperar.

La paciencia es un regalo muy útil que ayudará a los más pequeños a sobrellevar mejor, y con la debida tranquilidad, incluso situaciones difíciles y favorecerá su rendimiento académico (incluso para aprender, de hecho, hay que tomarse el tiempo y no tener prisa).

Cómo cultivar este don: Kier Holmes nos aconseja introducir gradualmente a los niños en el arte de la paciencia a partir de cultivos más rápidos como los girasoles (tardan entre 7 y 10 días en germinarlos) o rúcula (en 5-7 días es listo para comer). Solo más tarde, lentamente, se puede pasar al cuidado de las plantas que requieren más tiempo y paciencia para ver los frutos de su trabajo. En este caso, los niños también pueden llevar un diario de jardinería para documentar las distintas etapas de crecimiento de sus plantas con la ayuda de palabras, dibujos o fotografías.

Conciencia

Una habilidad que a menudo subestimamos es la conciencia, que en cambio muchos estudios han demostrado que es útil para aliviar el estrés. Estar "aquí y ahora", con la conciencia de ver y comprender lo que está sucediendo en ese momento en particular, explica la terapeuta infantil Jennifer Couture de Kentfield, "ayuda a fortalecer cualidades como la empatía, la bondad, la gratitud y la generosidad".

Cuidar las plantas es una experiencia que involucra todos los sentidos, los niños pueden ver diferentes colores, percibir olores y sonidos y, al enfocarse en todos estos aspectos juntos y en el momento que están viviendo, pueden desarrollar conciencia y calma: piensan, observan y descubren "que tienen el poder de controlar sus mayores sentimientos y pensamientos".

Cómo cultivar esta habilidad: asigne pequeñas tareas rutinarias como regar o cavar y estimule a vivir experiencias con múltiples estímulos sensoriales.

Amabilidad

Un regalo importante, no solo por tener una buena relación con los demás, sino también por un mayor rendimiento académico y más probabilidad de tener una carrera exitosa (según algunos estudios). Ser amable con las plantas, la tierra y las personas (incluyéndonos a nosotros mismos) ayuda a desarrollar empatía y relaciones positivas. "También puede ayudar a controlar los sentimientos de ansiedad y depresión", según la psicóloga Christine Curtin.

El jardín para sobrevivir y crecer en su mejor momento necesita toda nuestra amabilidad y nuestra ayuda, el cuidado de las plantas ayuda al niño a desarrollar un sentido de cuidado hacia quienes más lo necesitan.

Cómo cultivar este don: estimular al niño a que cuide el jardín de la forma más suave posible, manteniéndolo sano, por ejemplo, cultivando plantas que alejen a los insectos, como el tomillo y el tanaceto, o soltando mariquitas que tienen el mismo propósito.

Responsabilidad

Los niños que se sienten responsables suelen ser también los más capaces y seguros de sí mismos, capaces de tomar decisiones, comprender la diferencia entre el bien y el mal y pensar críticamente. Cuidar una planta requiere un compromiso constante en el tiempo, de hecho uno tiene la tarea de hacerla crecer sana y fuerte. En definitiva, un buen ejercicio de responsabilidad.

Cómo cultivar este regalo: Déle al niño la oportunidad de cuidar una sola planta o un área específica de su jardín de forma independiente. Por tanto, será el único responsable de lo que ocurra en la zona elegida. También es posible "tematizar" su compromiso, por ejemplo, haciéndole tratar con todas las hierbas aromáticas, todas las flores rojas u otras.

Autoestima

Ver que, gracias al trabajo propio, las flores y las plantas crecen en el jardín es algo que es muy bueno para los más pequeños, contribuyendo al desarrollo de una adecuada autoestima. Sin embargo, puede suceder que haya fallas pero esto también sirve y es parte de la vida y enseñanzas que cada persona debe atesorar.

Los niños con autoestima positiva son más capaces de experimentar cosas nuevas y también de superar los contratiempos aprendiendo de sus errores.

Cómo cultivarlo: para aumentar la autoestima de los niños, se puede optar por actividades para las que se obtenga un resultado rápido, por ejemplo podar o cuidar un árbol pequeño, como un limón enano, capaz de ser, durante mucho tiempo, el ejemplo viviendo de la meta alcanzada.

¡Lo único que queda es arrancar la tierra, las macetas y las semillas para empezar a trabajar de inmediato con tus pequeños!

Fuente: National Geographic

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