Matar animales para alimentar a otros. Lo que podría pasar en el zoológico de Neumünster en el norte de Alemania es realmente increíble: la directora Verena Kaspari explicó al sitio web alemán Die Welt que con la emergencia del coronavirus y la consecuente falta de visitantes, no hay fondos para mantener el zoológico y anuncia que para asegurar la supervivencia de algunos animales será necesario matar a otros.
¿Una provocación para pedir ayuda a las autoridades alemanas? Esperamos que el director nunca dé luz verde a esta carnicería. Porque este es el momento en que los animales se ven privados de su hábitat y de sus instintos. En la naturaleza, la supervivencia no habría sido noticia, pero aquí estamos en un zoológico que amenaza con la muerte de animales que ya están en cautiverio, si no recibe cien millones de euros en ayudas del Estado.
El zoológico de Neumünster también atrae a particulares, los costos de funcionamiento normales son altos y no hay suficientes ahorros. A expensas de pandas, tigres, leones y muchos otros animales que ahora padecen hambre y sed. Sin tener en cuenta que con personal reducido, incluso la limpieza está en riesgo.
"Ya hicimos una lista de los animales que deberíamos sacrificar", dijo Verena Kaspari, al sitio de noticias alemán Die Welt, "Esta será la última playa desagradable", explicando además que, sin embargo, este gesto no resolverá el problema financiero. Las focas y los pingüinos, por ejemplo, necesitan grandes cantidades de pescado fresco todos los días.
"Nos veríamos obligados a sacrificarlos en lugar de dejarlos morir de hambre", dijo. El zoológico pertenece a una asociación, que no está cubierta por el fondo de emergencia estatal para pequeñas empresas. Según estimaciones, las pérdidas rondarán los 175 mil euros.
“Cuanto antes nos alejemos de este tipo de entretenimiento, mejor será para los animales. Un proyecto corporativo donde los animales son un medio para obtener dinero pone en riesgo su bienestar ”, se lee en la página de Facebook Nie chodzę do Zoo (No voy al zoológico).
Fuentes: Die Welt / BBC
