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Los químicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts han creado un pequeño sensor capaz de detectar concentraciones mínimas de etileno en la fruta, para evitar el deterioro y el desperdicio de alimentos .

L ' Etileno es una hormona vegetal gaseosa que regula diversos fenómenos en las plantas, desde la germinación de las semillas hasta el crecimiento de las células vegetales, desde la floración hasta la maduración del fruto.

La maduración de una fruta incluye cambios que nos permiten alimentarnos de la propia fruta: la pulpa se ablanda por la acción de las enzimas, el almidón se degrada parcialmente, los azúcares se acumulan y algunos compuestos que inciden en el sabor desaparecen, incluidos los taninos.

Algunos frutos, denominados climatéricos, maduran en respuesta al etileno y los tratamientos con esta hormona se utilizan desde hace mucho tiempo para obtener una maduración homogénea del fruto o para retrasarla.

A esta categoría de frutas pertenecen las manzanas y las peras , pero también los albaricoques, los caquis, los melones, los melocotones, las ciruelas y los tomates, así como las frutas exóticas como los plátanos, los aguacates, la papaya y los mangos .

Los frutos climatéricos se pueden recolectar del árbol antes de que se produzca la maduración completa, de modo que también se pueden transportar a distancia, madurando en el camino y en almacenamiento.

Sin embargo, dado que cada año se desechan toneladas de alimentos frescos debido al deterioro durante el transporte y almacenamiento , es necesario trabajar en estrategias para limitar las pérdidas.

El nuevo sensor diseñado por MIT, al detectar concentraciones de etileno, podría usarse para monitorear la fruta a lo largo de la cadena de suministro, ayudando a reducir el desperdicio de alimentos.

El laboratorio había trabajado anteriormente en proyectos similares y logró desarrollar un sensor de etileno compuesto por miles de nanotubos de carbono en 2012 para detectar concentraciones de etileno en función de la velocidad del flujo de electrones dentro de los cilindros. Sin embargo, el sistema pudo detectar hasta 500 partes por mil millones de etileno y, debido a que los sensores contenían cobre, a la larga se oxidaron y dejaron de funcionar.

En la actualidad, los investigadores del MIT han creado este nuevo tipo de sensor que funciona con un mecanismo diferente, conocido como oxidación de Wacker, y utiliza paladio en lugar de cobre.

Al probar el sensor en plantas de clavel y una variedad de genciana, los investigadores pudieron evaluar su efectividad y capacidad, verificando que el sensor responde al etileno en segundos incluso en concentraciones bajas y, una vez que el gas, puede volver a su conductividad básica en minutos.

Ahora, el equipo ha solicitado poder patentar el nuevo sensor, que podría encontrar una aplicación en la industria alimentaria para controlar el progreso de la maduración de la fruta y evitar el desperdicio de alimentos.

Fuentes de referencia: Instituto de Tecnología de Massachusetts

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