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Varios objetos que tenemos en casa emiten compuestos orgánicos volátiles , (VOCs o VOCs, del inglés Volatile Organic Compounds). Entre estos, algunos tipos de colchones, cuya liberación de estas sustancias podría poner en riesgo la salud de los más pequeños.

Los muebles, las pinturas y los dispositivos electrónicos son solo algunos de los cientos de artículos que tenemos en casa que emiten COV. Ahora, sin embargo, algunos investigadores se han detenido a medir las tasas de emisión de estos compuestos gaseosos liberados por diferentes tipos de colchones de poliuretano en condiciones de sueño simuladas.

Yael Dubowski y sus colegas se propusieron medir los niveles de diferentes COV liberados por ocho colchones de poliuretano diferentes para bebés, niños y adolescentes y luego compararlos con los niveles de riesgo de los diferentes compuestos. Los investigadores también investigaron cómo la temperatura, la humedad y la concentración de dióxido de carbono (todos aumentaron cuando las personas están en el colchón en comparación con cuando el colchón no se usa) podrían afectar las emisiones.

El equipo colocó piezas de los colchones de poliuretano en cámaras de flujo continuo, recogió el aire saliente y analizó los niveles de 18 VOC diferentes mediante cromatografía de gases y espectrometría de masas.

Se encontró que los ocho colchones liberaban cantidades similares de COV , con la excepción de un compuesto retardante de llama emitido solo por una de las muestras. Los colchones liberaban más COV cuando la temperatura era alta para simular el calor corporal.

Luego, el equipo estimó las dosis de COV inhaladas por adultos, bebés y niños, y encontró que la mayoría estaban muy por debajo de los niveles de riesgo de referencia para estos compuestos. Sin embargo, para los bebés y los niños pequeños, la inhalación de algunos compuestos (por ejemplo, acetaldehído, formaldehído y benceno) podría alcanzar niveles preocupantes .

Por lo tanto, los resultados, publicados en la revista Environmental Science & Technology, mostraron que la presencia de algunos COV es de particular preocupación si los niños y bebés están expuestos. Sin embargo, actualmente no hay evidencia de efectos adversos para la salud.

La exposición a altos niveles de estas sustancias puede causar irritación de ojos, nariz y garganta, dolores de cabeza y, para algunos compuestos, incluso un mayor riesgo de cáncer. Durante el sueño, es probable que las personas inhalen más COV debido a la mala ventilación del dormitorio y a la proximidad de la nariz y la boca a los colchones que emiten los compuestos.

Los investigadores subrayan la necesidad de realizar más estudios para investigar los posibles efectos en la salud de la exposición crónica a niveles bajos de COV.

Mientras tanto, para garantizar un sueño tranquilo, podemos elegir un colchón que sea lo más natural posible y que tenga determinadas características. Aquí tienes 10 consejos para elegir mejor tu colchón.

Francesca Biagioli

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