El personaje, la apariencia y la historia están muy lejos de Hello Kitty porque Retsuko protagonista de Aggretsuko, la nueva serie en diez episodios de 15 minutos firmada por Sanrio, dirigida por Rareko y producida por Netflix es una evolución de la misma y el personaje refleja la vida. de los llamados millennials.
Retsuko es un panda rojo, tiene 25 años y trabaja en el departamento de contabilidad de una gran multinacional en el centro de Tokio. Sus días se componen de documentos y carpetas para leer, pero también se encuentra limpiando el escritorio de Tom, su autoritario y misógino jefe.
Insatisfecha con su trabajo, la panda roja se da rienda suelta cantando canciones de death metal a todo pulmón en el karaoke, un pasatiempo insospechado que finalmente la hace sentir libre. Y es precisamente por eso que Aggretsuko está muy lejos del mundo de hadas de Hello Kitty (la impresión es que solo tienen en común la firma Sanrio) y está dirigido a la generación nacida entre los años 80 y 2000.
El diseñador de personajes Yeti ha creado el panda Retsuko, imaginando la incomodidad que sienten los millennials y todos aquellos que presumen de una vida perfecta en las redes sociales que son completamente diferentes a la real.
Retsuko recuerda mucho a lo que a menudo experimentamos en la vida cotidiana. El panda rojo del signo de escorpio, comienza un nuevo trabajo. El primer día está entusiasmada, con la esperanza de hacer carrera y hacer amistad con compañeros, pero con el paso del tiempo las cosas no salen como espera.
No le gusta el trabajo y tampoco el medio ambiente. No encuentra compañeros, solo cotilleos, gente alegre y un jefe despótico que la obliga a limpiar su escritorio y prepararle té. Finalmente, la humilla como mujer, incluso frente a otros empleados.
Retsuko se cierra sobre sí misma y sigue adelante, su única salida es el karaoke con música death metal. Su historia es el relato moderno de una mujer de esta generación que, a pesar de todo, intenta ser optimista, apretar los dientes, no darse por vencida. La sensación es que todos somos un poco Retsuko cuando alguien menos preparado que nosotros hace carrera, cuando sufrimos opresión, mobbing, cuando no nos valoran por lo que hacemos, cuando ganamos menos por ser mujeres, cuando nos enfrentan con renuncias en blanco si nos embarazamos
Pero también somos Retsuko cuando encontramos la fuerza para sentirnos en paz con nosotros mismos y cuando podemos plantar cara a quienes nos persiguen. Es difícil sentirse distante del panda rojo, ¿quién no ha sufrido la misma dinámica al menos una vez en su vida?
En resumen, lo que hace que Retsuko sea real es que refleja los estados de ánimo de muchos jóvenes novicios y que envía un mensaje de resistencia que los empuja a no darse por vencidos.
Dominella Trunfio
