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No mucho antes de Navidad. Y si todavía es temprano para pensar en el árbol, no es por las puertas de los elfos. ¿De qué se trata? Un mundo mágico, cuyos orígenes se encuentran en la tradición escandinava e irlandesa. Se trata de pequeñas puertas con un valor simbólico que ahora se han extendido por todo el mundo también por su belleza.

¿Quiénes son los elfos?

Los elfos han sido un tema popular en la ficción durante siglos, desde El sueño de una noche de verano de William Shakespeare hasta las novelas de fantasía de JRR Tolkien 300 años después. Probablemente los más famosos sean los elfos que trabajan para Santa en el Polo Norte.

Según lo informado por Livescience, la tradición dice que, como las hadas, los elfos son seres diminutos que cambian de forma. Los elfos de Shakespeare eran criaturas aladas que vivían y se movían juguetonamente alrededor de las flores. Los elfos masculinos fueron descritos como pequeños ancianos, mientras que las elfas femeninas eran jóvenes y hermosas. Vivían en reinos escondidos en lo profundo de los bosques, en medio de prados o en troncos de árboles.

Los elfos, las hadas y los goblins están estrechamente relacionados en el folclore, aunque los elfos parecen derivarse de la mitología nórdica o escandinava, es decir, mitos pertenecientes a la religión tradicional precristiana de los pueblos escandinavos.

En el siglo XVI, la gente comenzó a incorporar el folclore élfico a los cuentos de hadas y leyendas. En la década de 1800, se consideraba que las hadas y los elfos eran las mismas criaturas mágicas pero con nombres diferentes.

Según la tradición, los elfos son pequeñas criaturas rencorosas y delicadas. Según la folclorista Carol Rose en su enciclopedia "Espíritus, hadas, goblins y goblins" (Norton, 1998), aunque los elfos a veces eran amistosos con los humanos, también eran vengativos con quienes los ofendían. Por eso se burlaron poco.

En siglos pasados, la creencia en la existencia de hadas y elfos era común entre adultos y niños. La creencia sigue siendo fuerte en algunos países, como Islandia, donde aproximadamente la mitad de los residentes creen en seres parecidos a elfos conocidos como "huldufolk" (gente oculta). Las creencias sobrenaturales son tan fuertes en Islandia que muchos proyectos de construcción de carreteras se han retrasado o redirigido para evitar perturbar las casas de los elfos. Las leyes islandesas sobre la materia, actualizadas en 2012, sostienen que todos los lugares vinculados a los credos, costumbres o creencias populares nacionales deben ser protegidos por su patrimonio cultural.

Pequeños ayudantes de Santa Claus

La tradición navideña moderna sostiene que una horda de elfos trabaja todo el año en el taller de Santa en el Polo Norte, construyendo juguetes y ayudándolo a prepararse antes del largo viaje alrededor del mundo en trineo. La imagen de los elfos en el taller de Santa se popularizó en revistas de mediados del siglo XIX.

Lady's Book de Godey, una influyente revista, incluyó una ilustración en su edición navideña de 1873 titulada "El taller de Santa Claus", que mostraba a Santa rodeado de juguetes y duendes. Un pie de foto decía: "Aquí tenemos una idea de los preparativos que se están haciendo para suministrar juguetes a los jóvenes en Navidad".

Puerta de los elfos y puerta de las hadas

Similar a Fairy Gate, la Elf Gate es en realidad típica de la temporada navideña. Por ello, aunque estéticamente puedan parecer similares, las decoraciones son distintas, puramente invernales y en todo caso ligadas al mundo de los elfos.

Por tanto, es una variante de las puertas de hadas. Este último apareció por primera vez en Estados Unidos, en 1993, en la localidad de Ann Arbor, sobre los zócalos de Jonathan y Kathleen Wright. Fue Jonathan quien los inventó para sus hijas. De esta forma, los más pequeños cada vez que pasaban por delante de las puertas pequeñas fantaseaban inventando sus propias historias originales.

El valor simbólico y educativo de la puerta de los elfos

Las puertas conectarían nuestro hogar con el reino de los elfos de Santa. Si los niños se portan bien, el elfo le informa a Santa que puede traerles el regalo deseado. Estos pequeños ayudantes de Papá Noel, durante las vacaciones, se mueven detrás de los muros de las casas, a las que se accede por la puerta. Aunque no se presenten nunca, dejan señales de su presencia, una pisada en la puerta o dulces para los niños, pero también un mensaje escrito.

En realidad, las puertas son una forma original de estimular la creatividad en los niños, una verdadera puerta de entrada al mundo de la fantasía. El elfo tiene la tarea de ayudar y apoyar a los niños, mantener alejados a los monstruos, arreglar juguetes rotos.

En ocasiones se les deja durante todo el año en las habitaciones de los niños porque según algunos son útiles, ofreciendo un lugar privado para expresar sus emociones. Cuando se usa en este sentido, la puerta del elfo puede considerarse una variante de las puertas de hadas.

Cómo hacer la puerta de los elfos

El consejo para aquellos que quieran hacer una puerta de duende por sí mismos es utilizar principalmente materiales reciclados. Por ejemplo, se pueden pegar varias capas de cartón o se puede utilizar madera. Una vez cortada la forma, también se pueden encontrar decoraciones en la naturaleza, pequeñas piñas, hojas, ramitas. Tú imaginación es el único límite.

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También puedes hacerlos con masa de sal, junto con los niños, que también se divertirán coloreando. Utilice siempre tintes naturales.

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También hay versiones de jardín, para realizar, por ejemplo, en un jarrón, en un baúl o dentro de una caja de madera.

Aquí hay otras ideas para inspirarte:

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A continuación se muestra una serie de videos tutoriales para hacer la puerta de los elfos.

Dónde comprar la puerta de los elfos

Y si realmente no tienes tiempo, puedes comprarlos en Amazon o en muchos otros sitios, incluido Etsy, donde encontrarás muchas puertas hechas a mano de los elfos.

¿Ya has creado alguna? ¡Envíanos tus puertas de duende!

Francesca Mancuso

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