Hombres y mujeres. La mayoría de las diferencias son evidentes, pero ahora una nueva investigación se centra en algunas peculiaridades menos conocidas y probablemente insospechadas. ¡Incluso parece que la evolución de los dos sexos ha seguido caminos completamente diferentes!
Algunas diferencias entre un hombre y una mujer son obvias para todos: estructura física, presencia de cabello más o menos acentuado en algunas áreas, acumulación de grasa en ciertos puntos más que en otros, capacidad o no de producir leche después de una parto, etc. Pero también hay otros menos obvios. Todas las particularidades que distinguen al hombre y la mujer serían atribuibles a 6500 genes que se expresan de manera diferente de un hombre a otra. Este es el descubrimiento de un equipo de investigación del Instituto Científico Weizmann en Israel, un estudio que ha visto su publicación en la revista BMC Medicine.
Quizás estés pensando: está bien, somos diferentes, pero ¿ dónde están las noticias? Bueno, según los científicos, diferentes genes también corresponden a diferentes predisposiciones con respecto a algunas patologías y reacciones a los medicamentos. Todo esto incluso sugeriría una evolución real separada (aunque interconectada) entre los diferentes sexos de nuestra especie.
Para conseguir este resultado, los científicos Shmuel Pietrokovski y Moran Gershoni utilizaron datos del proyecto GTEx , una base de datos en la que se cataloga la herencia genética de unos 550 adultos (hombres y mujeres). Al comparar los distintos genes y buscar las diferencias, pudieron identificar 6500 genes expresados de manera diferente según el sexo de referencia, elaborando así el primer mapa de las diferencias genéticas entre hombres y mujeres. Por ejemplo, se trata de genes ligados a la acumulación de grasa o crecimiento del cabello pero también genes que denotan características más particulares e insospechadas, por ejemplo el de las mujeres ligado al uso de calcio en los huesos que tiende a dejar de estar activo con el edad (de ahí la predisposición a la osteoporosis), u otra, siempre propia de la mujer, que en cambio las protegería del Parkinson.
En resumen, no es solo nuestra percepción, siempre hay nuevas confirmaciones científicas de que hombres y mujeres son mucho, a veces demasiado, diferentes. ¡Pero a partir de hoy podemos culpar a la herencia genética!
Francesca Biagioli