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Juan Sobrino es el bibliotecario madrileño que, junto con otros voluntarios, lee cuentos a los mayores por teléfono una vez a la semana para paliar su soledad.

Solemos pensar que son sobre todo los niños los que aman las historias y los cuentos, en realidad incluso los adultos y los mayores pueden disfrutar de una buena lectura en voz alta, una forma no solo de divertirse sino también de sentirse más cerca de los demás.

Durante la pandemia, los ancianos experimentaron un aislamiento social al máximo e incluso ahora que ya no existe el encierro, a menudo siguen viviendo en soledad.

Para intentar aliviar de alguna forma su sufrimiento, la biblioteca de Soto del Real ha decidido poner a disposición un servicio de lectura telefónica.

La realidad el proyecto no es nuevo, el plan de lectura residencial de Soto ya existía antes del coronavirus pero ahora se ha vuelto más útil y necesario que nunca al convertirse en un servicio telefónico.

Biblioterapia para mayores ” nació en 2013 y cada mes trae voluntarios a residencias para mayores donde se leen poemas, fábulas, acertijos, cuentos pero también se cantan con el acompañamiento de una guitarra.

En los días de la pandemia, en lugar de ir a residencias una vez al mes, los voluntarios leen a los mayores por teléfono una vez por semana y los textos son personalizados, según las preferencias de cada lector.

Al frente del proyecto de lectura para mayores y de la propia biblioteca está Juan Sobrino que cuenta con la ayuda de varios voluntarios para llevarlo a cabo. Cada uno de ellos siempre llama y lee a la misma persona, para que se cree un vínculo y pueda conocer sus gustos para elegir las lecturas adecuadas. En teoría, las sesiones de lectura duran 20 minutos, pero tienden a ser más largas si el oyente está particularmente interesado.

El programa está dirigido principalmente a quienes viven en residencias y no pueden recibir visitas de familiares o amigos:

"Tenemos que traerles libros para combatir el aislamiento social, hasta que se puedan volver a leer en las residencias", dijo Juan Sobrino.

Actualmente, los usuarios que utilizan el servicio son 8, ubicados en 3 residencias diferentes para personas mayores. Entre ellos se encuentra Chus López, que tiene 69 años y lleva tres años viviendo en una residencia de ancianos en Madrid. La mujer dijo a El País que le gustan mucho los libros de amor y que confía en los criterios para elegir a su bibliotecario que, dice, "siempre elige bien". Ciertamente falta la posibilidad de tener contacto directo:

"Es mejor porque los vemos, aplaudimos y cuando termina la lectura bebemos con ellos"

Esperamos que pronto estas personas mayores puedan encontrar su normalidad hecha de contactos humanos y también de una buena lectura en presencia.

Fuente: El País

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