Un aerogenerador sin aspas de bajo costo y fácil instalación. Desde España llega una planta que podría revolucionar el mundo de las energías renovables.
Ya habíamos hablado de la startup Vortex y su innovador sistema, la novedad ahora es que luego de los primeros experimentos, el innovador sistema podría ver la luz a fin de año para uso doméstico y pequeñas empresas, mientras que en 2021 a gran escala.
Investigaciones recientes predicen que las turbinas sin palas crecerán exponencialmente durante la próxima década. Entonces eliminemos los pensamientos de las posibilidades de la ciencia ficción porque en el futuro, la producción del nuevo aerogenerador, que aprovecha la fuerza del viento sin palas, pero gracias a la oscilación del propio sistema, podría ser una hermosa realidad.
Las nuevas colaboraciones también permiten a los ingenieros desarrollar un tipo de diseño basado en simulación, lo que reduce el tiempo y los costos.
“Estamos agradecidos con el grupo Altair, sin ellos el desarrollo del proyecto hubiera sido lento y costaría mucho más, porque hubiéramos necesitado muchos más prototipos”, dijo David Yañez , coCeo Technology en Vortex.
Vortex Bladeless, así se llama la turbina, se basa en un mecanismo que transforma la energía mecánica en energía eléctrica a través de la vorticidad del aire, un fenómeno aerodinámico que implica la formación de pequeños "remolinos" alrededor de estructuras golpeadas por el viento. Cuando la potencia alcanza el umbral máximo, el sistema permite automáticamente la producción de renovables.
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La turbina tiene una forma de cono alargado y tiene una estructura menos impactante que las tradicionales, que son más invasiva en el territorio.
En los prototipos de Vortex que se están probando actualmente se han utilizado fibras de vidrio y carbono que permiten que el eje vibre al máximo. En la base del cono, hay dos anillos de imanes repelentes que actúan como un motor no eléctrico, mientras que la energía cinética del eje se convierte en energía eléctrica a través de un alternador.
La planta no tiene partes mecánicas ni engranajes, por lo que los costos de producción son iguales a la mitad, en comparación con los aerogeneradores tradicionales y los costos de mantenimiento son un 80% menores. Tampoco hay necesidad de lubricantes, el sistema es silencioso y como no hay partes móviles, tampoco hay peligro para las aves.
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Sin embargo, también existen diferencias en cuanto a eficiencia energética, pues con Vortex la producción es aproximadamente un tercio menor que las turbinas tradicionales de la misma potencia, pero según la puesta en marcha, el problema se puede compensar instalando un mayor número de plantas. El costo por megavatio hora producido es un 40% menor que el de la energía eólica convencional.
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Tras recaudar un millón de dólares en capital privado y financiación estatal, Vortex ha lanzado una campaña de crowdfunding para poder llevar turbinas al mercado antes de fin de año (en versión reducida para uso doméstico y pequeñas empresas), mientras que en 2021 las plantas más grandes verán la luz.
Dominella Trunfio
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