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Te hemos hablado varias veces sobre la importancia y los beneficios de comer despacio y masticar bien cada bocado. Ahora, una nueva investigación destaca una ventaja muy importante de quienes dedican el tiempo adecuado a las comidas: comer lentamente ayuda a perder peso y elimina el riesgo de obesidad.

Un estudio japonés reciente, publicado en el BMJ Open, revela que las personas que comen lentamente tienden a pesar menos. Por lo tanto, ralentizar intencionada y conscientemente la velocidad con la que consumimos nuestros alimentos puede ayudar realmente a mantener un peso saludable y a mantener a raya la obesidad.

Para llegar a este punto, los investigadores analizaron los datos de unas 60.000 personas con diabetes tipo 2 controladas durante un período de seis años. Durante los controles, a lo largo de los años se les preguntó sobre sus hábitos de estilo de vida, incluida la velocidad con la que tendían a comer, pero también el uso de alcohol y su relación con el sueño. También se les preguntó si habían cenado al menos dos horas antes de acostarse y si tenían el hábito de desayunar y comer algo después de la cena.

Al comparar y analizar los datos, se encontró que la probabilidad de padecer obesidad estaba vinculada a varias variables relacionadas con los hábitos alimentarios. En particular, la velocidad a la que comían tuvo un efecto bastante importante: las personas que comían sus comidas a un ritmo normal tenían un 29% menos de probabilidades de ser obesas que las que comían rápido; las personas que solían comer lentamente tenían incluso un 42% menos de probabilidades de ser obesas.

Más interesante aún, los investigadores notaron que las personas que habían disminuido su ritmo en la mesa durante el período de estudio tendían a perder peso con el tiempo, como lo demuestra su índice de masa corporal y la circunferencia de la cintura.

Sin embargo, la investigación no fue un experimento controlado, de hecho fue un estudio observacional que tuvo el propósito de identificar los hábitos alimentarios normales de las personas y las posibles consecuencias. Hay quienes argumentan que debe tomarse un poco con un grano de sal, ya que las personas no siempre saben cómo informar o recordar sus hábitos con precisión.

Otras debilidades son sin duda el hecho de que se basó solo en participantes con diabetes tipo 2, que tenían una pequeña muestra de personas mayores y que no tenían en cuenta los niveles de ejercicio físico ni la cantidad de alimentos consumidos diariamente.

Hay que decir, sin embargo, que los resultados están en línea con los de estudios anteriores que ya han demostrado que las personas que comen más rápido también tienden a pesar más y ganar más kilos con el tiempo.

Por tanto, recordemos que no solo lo que comemos es importante, sino también la forma en que consumimos los alimentos. Las hormonas de la saciedad tardan en conseguir esa sensación de saciedad en nuestro cerebro que nos dice que dejemos de comer en el momento adecuado.

Los horarios de las comidas también son importantes, quienes comen tarde por la noche o se acuestan justo después de comer tienen mayor riesgo de padecer síndrome metabólico o sobrepeso.

En el siguiente video, la Dra. Roberta Martinoli explicó las muchas ventajas de comer masticando lentamente:

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Francesca Biagioli

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