La belleza está en las pequeñas cosas, incluso cuando se trata de obras de arte. Por ejemplo, en Tomsk en Rusia se encuentra el monumento más pequeño del mundo que nada tiene que envidiar a los de mayor tamaño.
El monumento ruso es una pequeña rana de bronce sentada en una roca, la escultura mide solo 44 milímetros y se instaló en 2013.
El creador de 'El monumento a la rana viajera' es Oleg Kislitsky que quiso representar su idea de viaje inspirada en la novela del famoso escritor ruso Vsevolod Michajlovič Garšin que cuenta la historia de la rana.
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Antes de la rana, el récord como monumento más pequeño del mundo correspondía a una estatua de bronce de apenas once centímetros de altura. Un pajarito posado en el terraplén del río Fontanka en San Petersburgo.
La tradición dice que todo aquel que logre lanzar una moneda sin que caiga al río tendrá suerte. Irónicamente, la estatua en sí no tiene tanta suerte, ya que ha sido robada tres veces.
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Abandonada del territorio ruso, una pequeña estatua de 15 centímetros se encuentra en el patio de una iglesia finlandesa en Estocolmo, Suecia. La escultura representa a un niño con los brazos envueltos en las piernas y fue creada por la artista sueca Liss Eriksson en 1967.
Se llama "Niño que mira a la luna", pero se le conoce como Järnpojke. La estatua de hierro recibe muchos tipos de regalos ingeniosos durante todo el año. A veces usa sombrero o bufanda, otras recibe monedas y frutas.
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Foto En Londres, por fin, dos ratoncitos pelean por un trozo de queso. La estatua está ubicada en un edificio en la esquina de Philpot Lane en Eastcheap. Fue construido en 1862 y recuerda la pelea entre dos trabajadores que terminó de manera trágica. 
Foto Dominella Trunfio 
