La resiliencia es la capacidad de no desanimarse por las dificultades de la vida, de reaccionar y de volver a levantarse más fuerte que antes. Podemos aprender a adaptarnos al viento y las tormentas como lo hacen los árboles al desarrollar raíces fuertes y ramas flexibles. Así podemos mantenernos anclados al suelo pero al mismo tiempo aprender a adaptarnos a los cambios.

Las personas resilientes saben bien que es importante cultivar la autoestima , rodearse de buenos amigos y aprender a aceptar cada situación, incluso cuando parezca incómoda, para poder reaccionar y luego levantarse más fuerte que antes.

Aprendamos a afrontar la vida de la mejor manera posible con algunos pequeños consejos que pueden ser útiles sobre todo en los días en los que vemos todo negro y cuando simplemente no podemos tomar una decisión .

Sigue sonriendo

Sabemos que la vida nos puede enfrentar con grandes dificultades pero no debemos perder la sonrisa por ello. De hecho, decidimos con qué armas y con qué humor afrontar las batallas de la vida. Dejar de lado la sonrisa significa entregarse a la tristeza. Por eso, es mejor sonreír para ganar valor y seguir luchando.

Acepta el cambio

A estas alturas deberíamos saber que el cambio es parte de la vida y que deberíamos aprender a aceptarlo día a día. Las situaciones a menudo cambian justo cuando no podemos controlarlas. En ese punto solo podemos abandonarnos al flujo de lo que está sucediendo si pensamos que puede conducir a resultados positivos o luchar si queremos que la situación se vuelva a nuestro favor.

Tomando una decisión

En algunos momentos de la vida nos encontramos en una encrucijada y no sabemos qué decisión tomar. Seguir posponiendo una elección siempre nos bloquea en el mismo lugar y no nos permite evolucionar. Si no queremos o no podemos tomar una decisión drástica -y si no amamos a ninguno de los dos- podemos elegir uno de los dos caminos pero seguirlo gradualmente para entender si las novedades que encontraremos pueden realmente llevarnos a cambiar y a desprendernos de un pasado para que no deseamos devolver.

Pedir ayuda

Las personas resilientes saben bien que pedir ayuda no significa ser débil o incompetente sino saber reconocer tus límites y por tanto ser inteligente y honesto contigo mismo y con los demás. Si no pedimos ayuda cuando la necesitamos, podemos arriesgarnos a hacernos daño a nosotros mismos, pero también a otras personas.

Escucharte a ti mismo

La respuesta que buscamos ya está dentro de nosotros . Quizás estemos girando hacia afuera y mirando en la dirección equivocada. La decisión siempre es nuestra. Lo ideal sería aprender a contactar con lo más profundo de nosotros mismos para comprender lo que realmente queremos. Desde este punto de vista, la meditación es una ayuda realmente preciosa y las personas resilientes la conocen bien.

Busque la mejor solución

Las personas resistentes saben que hay una solución para todo . El punto es averiguar cuál es mejor. Si solos no tenemos ganas de afrontar un obstáculo que nos parece realmente insuperable, podemos intentar ganar nuevas fuerzas mediante la colaboración con otras personas, por ejemplo con nuestra familia o con un grupo de amigos. De esta forma recogeremos diferentes puntos de vista y podremos centrarnos mejor en el problema en sí y en la mejor forma de solucionarlo.

Sentirse bien consigo mismos

Todo parte de la relación que tenemos con nosotros mismos: compartir nuestras preocupaciones y puntos de vista con los demás es más fácil si nos conocemos bien y, sobre todo, si nos queremos . Esto facilitará que quienes nos rodean nos comprendan y nos ayuden cuando lo necesitemos.

Mirar el lado bueno

Ante un hecho que parece negativo o un obstáculo que parece insuperable, intentemos identificar el posible lado positivo de la situación . Quizás hasta ahora nunca habíamos tenido el coraje de cuestionarnos y cambiar nuestras vidas. Ahora nos vemos obligados a hacerlo, pero podemos decidir cambiarlo para mejor. Frente al cambio, tenemos la oportunidad de transformarnos en las personas en las que realmente nos gustaría convertirnos. Es por eso que lo que a primera vista parece una desgracia puede convertirse en una bendición.

Abre el corazon

En este momento somos nosotros los que necesitamos ayuda, pero ¿ quién cuidará de los demás ? Cuando nos encontramos en dificultades, llega el momento de abrir nuestro corazón a quienes viven a nuestro alrededor. ¿Deberíamos haberlo pensado primero? Probablemente sí, pero no olvidemos que nunca es demasiado tarde. Así que creemos una red de solidaridad en la que podamos echar una mano en los momentos más difíciles y, si no podemos reaccionar solos, hagámoslo juntos.

Vivir para aprender

¿Por qué enfrentamos muchos desafíos en la vida? Simplemente porque para progresar necesitamos aprender algo nuevo paso a paso. Podemos considerar la vida como un gimnasio para fortalecernos y como una escuela donde es gracias a nuestro día a día y su conjunto de alegrías e imprevistos que aprendemos a crecer.

¿Estás listo para convertirte en personas resilientes?

Marta Albè

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