Arrasa una antigua iglesia para dar paso a una mina de lignito a cielo abierto. Realmente sucedió. A pesar del bombardeo de Greenpeace, con el que la asociación había dicho que no a esta masacre en Alemania también esta vez, los lobbies del carbón han ganado y ya han comenzado las operaciones para la demolición del edificio.
Los activistas habían colocado una enorme pancarta en la repisa de la antigua iglesia católica de St. Lambert en Immerath, Alemania, que decía:
“Quien destruye la cultura destruye al ser humano, #StopCarbone”.
El gigante energético alemán RWE, que distribuye electricidad a más de 120 millones de personas en Europa y América del Norte a través de sus subsidiarias, planeaba derribar la iglesia para expandir su Garzweiler II, una gigantesca mina de lignito.
Una protesta que duró unas horas, hasta que los activistas de Greenpeace se vieron obligados a marcharse. Desafortunadamente, la demolición de la iglesia comenzó poco después.
Sin embargo, como señala la asociación, la canciller alemana, Angela Merkel, había prometido cumplir el objetivo alemán de reducir en un 40% las emisiones de CO2 para 2020. Esto solo es posible eliminando completamente el carbón de la producción de electricidad.
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Ciertamente no es un paso adelante, ya que Alemania ha anunciado que se volverá completamente independiente de los combustibles fósiles y la energía nuclear para 2050. Mientras tanto, a pesar de las proclamaciones, sigue dejando espacio para el carbón.
Evidentemente, Alemania todavía no está dispuesta a ceder en este frente, a pesar del medio ambiente y la cultura.
Francesca Mancuso
