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Plaguicidas neonicotinoides en el 75% de las mieles del mundo. Cifras inquietantes que causan preocupación pero que, lamentablemente, no sorprenden. Así lo reveló un nuevo estudio, realizado por un grupo interdisciplinario de investigadores de la Universidad de Neuchâtel.

Según la investigación, las tres cuartas partes de las mieles producidas en todo el mundo contienen neonicotinoides , una familia de pesticidas conocida por su papel en la disminución de las abejas. Sin embargo, las concentraciones encontradas en la miel se mantienen por debajo de los niveles máximos permitidos para el consumo humano.

Esto significa que de acuerdo con la normativa vigente en vigor, estas son cantidades permitidas. Los científicos llevaron a cabo la investigación entre 2021 y 2021 analizando 198 muestras de miel de todo el mundo y midieron la concentración de los cinco neonicotinoides más utilizados (acetamiprid, clotianidina, imidacloprid, tiacloprid y tiametoxam).

Los neonicotinoides ocupan un tercio de las cuotas de mercado de los plaguicidas comunes, utilizados principalmente para el maíz, la canola y la remolacha azucarera. Sin embargo, estas sustancias pasan al polen, al néctar de las flores y, finalmente, a las abejas. Con las grandes cantidades de néctar que recolecta cada año, la abeja ha sido considerada un verdadero detector de la presencia de pesticidas en nuestro entorno.

“Una abeja busca néctar a una distancia de doce kilómetros de la colmena, cubriendo un área considerable”, explicó Alexandre Aebi de la Universidad de Neuchâtel.

Los resultados en detalle

Los análisis mostraron que el 75% de la miel contenía al menos una de las cinco sustancias buscadas. Esta tasa varió considerablemente según la zona geográfica: el 86% de las muestras de América del Norte estaban contaminadas, seguidas de las asiáticas (80%) y europeas (79%). La proporción más baja de muestras contaminadas provino de América del Sur (57%). Además, el 30% de todas las muestras contenían solo un neonicotinoide, el 45% entre 2 y 5 y el 10% entre 4 y 5.

"Según los estándares actuales, la gran mayoría de las muestras estudiadas no son de interés para la salud del consumidor de los cinco pesticidas estudiados", dice Edward Mitchell, autor principal del artículo.

Sin embargo, la situación es más crítica para las abejas. “Nuestro estudio muestra que están expuestos en todo el mundo a concentraciones de neonicotinoides que tienen efectos importantes en su comportamiento, fisiología y reproducción”, explica Alebi.

¿Y el hombre está a salvo? Los científicos no están tan seguros, ya que sigue abierta la cuestión de la presencia simultánea de varias sustancias tóxicas.

El estudio fue publicado en Science.

Francesca Mancuso

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