Tabla de contenido
Puedes engañar al cerebro: el truco para sentirte feliz y salir de la tristeza o el mal humor.

La felicidad se puede alcanzar mediante el engaño. El método es bastante simple y está al alcance de todos: implica hacer que el cuerpo ayude a "torcer" el cerebro. Sí: si es cierto que las emociones 'modifican' el cuerpo (por ejemplo, aumentando la frecuencia cardíaca) también se ha comprobado científicamente que, incluso cuando estamos de mal humor, ciertos cambios en el cuerpo son registrados por el cerebro e interpretados como emociones positivas. De felicidad.

Por qué esta información interesante es clara: modular las emociones, para tener un cielo interior despejado, no siempre es fácil; por el contrario, el pequeño esfuerzo necesario para actuar sobre los músculos está definitivamente al alcance de todos. Cada vez. No hace falta mucho, por ejemplo para empezar con una sonrisa: aunque sea “forzada” o inconsciente (porque se obtiene, indirectamente, por ejemplo sosteniendo un lápiz entre los dientes, activando así los músculos de la boca y las mejillas) produce su bello efecto. En definitiva, sonreír, pase lo que pase, nos hace sentir mejor, nos hace más tranquilos y confiados en la vida.

En psicología, este efecto se explica por la teoría de la retroalimentación facial; en uno de los experimentos más recientes, para demostrar esto, se pidió a los participantes (que pensaban que estaban participando en un estudio de las reacciones de los músculos faciales) que "levantaran las mejillas" o "movieran las cejas" mientras se les daban imágenes. Resultado: todos encontraron las imágenes más agradables cuando la indicación era "levantar las mejillas" (es decir, sonreír); sucedió lo contrario cuando, en cambio, asumieron el ceño fruncido requerido, la posición brusca de la mirada. Los efectos de esa percepción y estado de ánimo no fueron instantáneos sino que duraron: hasta 4 minutos.

Vivir en un entorno en el que todos sonríen con facilidad también aumenta nuestra capacidad de sonreír y estar más de buen humor (¡la retroalimentación social de la sonrisa, en ambas direcciones, tiene su peso!).

En resumen: sí, podemos engañar al cerebro y, sonriendo y riendo, cambiar nuestras emociones hacia abajo, haciéndolas girar hacia el bienestar. No hace falta decir que es un remedio útil, eficaz pero de "primeros auxilios"; para ser utilizado sin miedo, cuando sea necesario; siempre pero sobre todo preparándonos para mirar la vida de otra manera.

Estos experimentos han hecho aún más evidente que nuestra felicidad no depende tanto de lo que (a nosotros) suceda, sino de la forma en que nosotros, y en consecuencia nuestro cuerpo, miramos las cosas que encontramos. Sin expectativas, simplemente viviendo lo que hay.

Anna Maria Cebrelli

Entradas Populares